
Un poco de historia sobre esta fiesta.
Los sanfermines tienen un origen que se remonta varios siglos, aunque su fama mundial es un fenómeno reciente, vinculado también a la difusión que les dio Ernest Hemingway; se trata de unas fiestas singulares y, sin duda, el acontecimiento por el que más se conoce a Pamplona en el mundo. Su fisonomía actual, cosmopolita y multitudinaria, es el resultado de una lenta evolución histórica cuyos orígenes se remontan a la Edad Media.
Tres celebraciones independientes están en su origen: los actos religiosos en honor a san Fermín, desde antes del siglo XII, las ferias comerciales y las corridas de toros, documentadas ambas desde el siglo XIV. La Iglesia celebraba el 10 de octubre la festividad de San Fermín, patrono de Navarra. Cansados de las inclemencias climatológicas del otoño, el Ayuntamiento de Pamplona solicita al obispo en 1591 trasladar la celebración al 7 de julio, a lo que el prelado accedió. En aquella fecha se celebraban ferias en Pamplona con corridas de toros. De esta forma, se produjo la coincidencia entre la celebración religiosa y el bullicio ferial, en el que los toros jugaban un papel esencial.
Los sanfermines son una celebración en honor a San Fermín que tiene lugar anualmente en la ciudad española de Pamplona. Los festejos comienzan con el lanzamiento del chupinazo (cohete) desde el balcón del Ayuntamiento de Pamplona a las 12 del mediodía del 6 de julio y terminan a las 24 h del 14 de julio con el Pobre de mí, una canción de despedida.
Una de las actividades más famosas de los Sanfermines es el encierro, que consiste en un recorrido de 849 metros delante de los toros y que culmina en la plaza de toros. Los encierros tienen lugar todos los días entre el 7 y el 14 de julio y comienzan a las ocho de la mañana, con una duración promedio de entre dos y tres minutos.
La ropa característica es de un pantalón y camiseta blanca lo combinan con una pañuelo rojo y un fajín también de dicho color.
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